viernes, 25 de octubre de 2013

Premios Príncipe de Asturias, el esfuerzo tiene recompensa

Los premios Príncipe de Asturias se entregan y hacen que la sociedad pueda tener esperanza. A veces, el trabajo y el esfuerzo tiene una recompensa. Sí, es un premio, simplemente un premio, pero gracias a eso el trabajo de científicos, escritores, humanistas, fotógrafos o deportistas, entre otros, toma protagonismo frente a políticos corruptos, bancos poco transparentes o una globalización insoportable.

El Príncipe habla frente a los ciudadanos de una manera calmada, desglosando cada una de las ideas que quiere transmitir. Dejando a un lado las ideas de cada uno, las simpatías o animadversiones hacia la monarquía o hacia sus integrantes, lo que es indudable es que hacen falta autoridades que logren transmitir mensajes claros, con un lenguaje apropiado, con una calma al hablar significativa. La sociedad española se merece más gente que sea seria con su trabajo y, sea o no la realidad, por lo menos el Principe parece que así lo hace.



Los premiados, personalidades muy relevantes cada una en su especialidad, aportan pasión por sus trabajos, compromiso con sus responsabilidades y con la humanidad. Todos y cada uno de ellos han dejado algo para las futuras generaciones. 

Ver esta entrega de premios desde luego deja un buen sabor de boca. Da gusto ver cómo gente luchadora, gente que se ha esforzado, gente que ha alzado la voz para quejarse cuando lo ha creído conveniente, gente que ha sabido trabajar duro, es recompensada. Quizás este tipo de actos deberían hacer pensar un poco a muchos afortunados que cuentan con puestos muy significativos desde los que con su trabajo pueden cambiar muchos aspectos incorrectos del mundo actual y, sin embargo, quizás porque no saben o simplemente porque no le ponen mucho empeño, dejan que las sociedades empeoren.

miércoles, 9 de octubre de 2013

"Los sueldos no bajan, crecen moderadamente", nuevo chiste del Gobierno

España parece que mejora a ojos del gran ministro Montoro. Se ha armado de valor y ante el Congreso ha afirmado que "los sueldos no bajan, crecen moderadamente". Esa actitud absurda, si quizás la hubiera hecho un político de signo contrario al suyo en la época en la que les tocó gobernar, hubiera entrado en cólera. Pero ahora todo va genial, o puede que la verdad sea que a ellos les va todo genial.


Ministro Montoro (imagen de publico.es)

La pobreza es cada vez mayor, los derechos son cada vez menos, los servicios públicos son cada vez más escasos, los salarios son cada vez más vergonzosos, los empleos son cada vez más inexistentes y los pocos que hay son realmente repugnantes. Pero bueno, eso sólo lo ve el pueblo de a pie, el currito que se levanta todas las mañanas temprano para ganar el salario base y con eso poder sacar adelante una familia. Los políticos de eso saben poco o nada, y desde luego el Gobierno parece completamente ciego. 

Parecía imposible ir peor, Aznar dejó un país que parecía estar en un crecimiento increíble y luego resultó que era el inicio de la horrorosa burbuja que originó la crisis. Zapatero resulta que hizo una labor con los derechos sociales realmente buena pero la crisis no supo verla y atajarla a tiempo. Y ahora Rajoy parece que ni es el Presidente, toma decisiones absurdas, dirigidas a las personas más pudientes y conservadoras de España y deja que den la cara sus ministros y por supuesto su inseparable vicepresidenta, esa mujer que está hasta en la sopa. 

Montoro ha dejado claro que este Gobierno parece reírse de la sociedad. Los empleados cada vez aguantan más presiones y tratos horribles en sus trabajos y, además, tienen que escuchar al ministro de Hacienda cómo se planta ante toda España a decir que los salarios crecen, quizás es que el suyo ha crecido, quien sabe, lo mismo es que como trabaja de manera inmejorable pues le han dado un aumento de sueldo.

Rajoy, su Gobierno, la oposición y el resto de políticos deben hacer un curso sobre cómo gobernar un país de una manera digna.
 
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